Los valores espirituales son carismas, regalos sobrenaturales, dones, magnificencias. Los valores espirituales se resumen en una sencilla enseñanza de Jesús: «Sean ustedes perfectos como el padre celestial es perfecto», Mateo 5:48.
No es lo mismo alma que espíritu. El alma es un concepto griego, el espíritu en cambio es un concepto bíblico. En el Génesis la Biblia nos habla del espíritu de Dios, y cuando Jesús nos habla de renacer, este renacer es desde el espíritu, no desde el alma.
El espíritu es la substancia divina, no podemos atribuir imperfecciones a Dios, el error es una imperfección. Los dones, los carismas son lo preciso y lo exacto. Cuando vivimos nuestros valores espirituales actuamos con precisión y exactitud, es decir sin error.
Algunos de estos valores espirituales son la misericordia, la perseverancia, la constancia, la vida eterna, la paz, el gozo, la alegría.
Estos carismas entran en juego cuando surge la conciencia espiritual: la conciencia progresiva, edificante y benévola. Los carismas son progresivos y están relacionados con la excelencia y la mejora constante. Lo propio de la conciencia espiritual es el pensamiento progresivo, el pensamiento en el que prevalecen las facultades superiores de la mente humana: la intuición, la inspiración, la empatía y la creatividad.
Alcanzar un nuevo nivel de conciencia es entender que el fin de la vida humana es aumentar los carismas (los carismas son excelencias de Dios), es decir aumentar el orden y la perfección de universo, como lo enseña Jesús en la Parábola de los talentos (Mateo 25).
Para descarga gratuita libro de Filosofía del autor en formato PDF:
Novela escrita por el autor en formato PDF titulo: V Evangelio