La educación moral contra la cultura de la pobreza

La educación es como la edificación de una casa, todo depende de los cimientos en los que se construya y edifique, Jesús en sus enseñanzas sobre el Reino de Dios, nos habla de la casa edificada en la roca y la casa edificada con arena: «Todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó y su ruina fue grande», Mateo 7:24-27.
La sabiduría es la piedra angular sobre la que cimentamos la educación.
Aristóteles nos explica que la sabiduría es la ciencia de las causas ultimas y primeras, la ciencia de la verdad y la substancia. La sabiduría es la ciencia de los conocimientos de los medios correctos para vivir. La sabiduría es la piedra angular de la educación, es sobre lo que se edifica la casa construida sobre roca.
Con la sabiduría aprendemos a reconocer las acciones éticas. ¿Y cuando una acción es ética? Toda acción ética cumple con 3 requerimientos: 1) ¿la acción es progresiva, tiende a la mejora y al aumento? Es decir si esa acción es camino. 2) ¿la acción es lo preciso y lo exacto? Es decir si la acción tiene condición de verdad. 3) ¿la acción aumenta la vida?. Si la acción realizada cumple con los requerimientos de camino, verdad y vida, esa acción es ética, esa acción es un don espiritual, por eso Jesús dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Juan 14:6. Jesús personifica las acciones éticas.
Es por esto que la ética y la moral son para todos lo mismo, para el abogado, el ingeniero, el arquitecto. No hay una moral diferente para cada profesión.
Cuando somos progresivos o de mentalidad progresiva, cuando somos precisos y exactos, cuando aumentamos la vida, estamos buscando lo correcto y lo mejor, nos estamos moviendo en un ámbito claro: la cultura de la excelencia, es decir el Reino de Dios (reino, dominio, imperio de las perfecciones divinas).
Entender el marco de la ética es esencial en el mundo del trabajo y profesional, un profesional que desconoce la educación moral y que no sabe reconocer una acción ética, es un profesional mal calificado y de bajo rendimiento,que se va a traducir en algo muy concreto: el mal trabajo y la cultura de la pobreza.
La educación moral es lo que se opone a la mentalidad de pobre, educar moralmente es educar en sabiduría, es así que damos frutos: adquiriendo sabiduría, reteniéndola en la mente y poniéndola en practica con «constancia progresiva». En el ámbito de la educación y en el ámbito de la labor profesional la mayor tasa de fracasos se debe a la falta de constancia.
Mentalizar a los educados en el desarrollo de la mentalidad progresiva, la precisión y la exactitud y la constancia son la clave del éxito de una nación, de lo contrario caemos en la enseñanza del error, es decir la herejía, creando algo muy simple: «bombas de pobres». La cultura de la pobreza y la mentalidad de pobre es fruto de la enseñanza del error, lo opuesto a la sabiduría. Elegimos entre vivir bien con sabiduría (enseñanza de lo correcto) o vivir mal con herejías (enseñanza del error).La cultura de la pobreza hace perecer a los pueblos.