El cristianismo en sus comienzos: la doctrina del reino de los cielos y la filosofía griega

El apóstol Pablo llega a Grecia en su segundo viaje misionero, y a través de la predicación desarrolla en la ciudad de Corinto una prospera comunidad cristiana. Es allí que la doctrina del reino de los cielos choca con la filosofía griega. Este choque, este encuentro entre el pensamiento oriental y la cultura occidental, produce un fuerte impacto en los pensamientos de Pablo, lo que se observa de manera muy marcada en algunas de sus epístolas, el cristianismo en sus comienzos no fue bien aceptado por los gentiles y los paganos a los cuales les sonaban raro algunas ideas sobre la resurrección, la salvación, y la fe en la santísima trinidad, el cristianismo es fundamentalmente y en esencia una religión iniciática y de misterios. Pablo expone la necesidad de la sabiduría de Dios sobre la sabiduría humana y de como a través de la pobreza de espíritu alcanzamos la sensatez de Dios:
«El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. pues está escrito:
´Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes´
¿Dónde esta el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filosofo de esta época? ¿No ha convertido Dios la locura en sabiduría de este mundo?
Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es mas sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.», 1 Corintios 1:18-25.

Ética y moral en los evangelios.

Los evangelios enseñados por Jesús son fundamentalmente tratados sobre ética, de allí la dificultad de la lectura de las sagradas escrituras.
La ética trata sobre el estudio sobre el bien y el mal. Jesús nos dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida», Juan 14:6. Camino, verdad y vida son las características del bien, de la rectitud; Jesús personifica el bien, Jesús es «hijo del hombre», Jesús personifica los dones y atributos divinos de Dios: el hombre busca los dones de Dios (el hombre se hace «hijo de Dios») y al revés, los dones de Dios se hacen persona en Cristo (Dios se hace «hijo del hombre»). Los dones son perfecciones (Tomás de Aquino). El bien es camino porque nos hacemos buenos haciendo actos de bondad, también es la verdad porque el bien es lo preciso y lo exacto, y ademas es vida, ¿que pasa cuando para salvar una vida hay que mentir?, cuando la verdad no es suficiente el bien es ademas vida. Precisión y exactitud son características de la verdad.
El bien en la práctica es además actuar siempre por principios.
La ética explica que en nuestras decisiones y elecciones tenemos dos opciones: acertamos (damos en el blanco) o fallamos (error).
Y es en este punto donde surge la doctrina de la justificación; la conversión a la fe cristiana es el paso de la esclavitud del error a la libertad de la verdad. En el mensaje de Cristo recibir al «espíritu santo» significa «liberarnos del error», el pecado en esencia es una forma de la falla. Los bienaventurados son personas precisas y exactas. Damos en el blanco o fallamos, somos esclavos de nuestros errores.
Jesús enseñaba por parábolas porque el bien (precisión y exactitud), requiere del pensamiento progresivo (desarrollo del pensamiento), el bien es edificante, difusivo, progresivo. El bien es una naturaleza, todo ser desea su bien o perfección: «sean perfectos como el padre es perfecto», Mateo 5:48.
El sermón de la montaña en el evangelio de Lucas se divide en 4 bienaventuranzas y 4 maldiciones, las bienaventuranzas son el plan de Dios, son la expresión del pensamiento de Dios en el plano etico-moral, es decir las bienaventuranzas son una estructura supra-ética que asegura bendiciones para los que buscan las perfecciones de Dios (dones espirituales) y maldiciones para los que practican el error y que buscan los bienes aparentes de la vida.
Vivimos justificados o no, vivimos según el espíritu o vivimos según la carne, pecamos o vivimos rectamente, fallamos o acertamos.

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